LAS PREOCUPACIONES
¿Te ocurre a veces que no puedes concentrarte y tardas el doble en una tarea, por estar pensando en ese problema que posiblemente nunca llegue a ocurrir?
Las preocupaciones no sirven para nada, te frenan y son fuente de muchos accidentes, en la carretera y en el trabajo. Esa mala decisión que tomaste… ¿no la hiciste en un momento de preocupación?
Lo mejor para eliminarlas es saber la relevancia que tienen:
Ninguna.
Ese incidente o ese temor, no tienen importancia. No lo dejes dar mas vueltas en tu cabeza.
Hay que borrar todas esas mil vueltas a varias cosas a la vez y empezar de nuevo. Necesitas una mente despejada para encontrar soluciones. Concéntrate solo en una cosa a la vez. Encontrarás una por una, la solución a tus preocupaciones.
Aprovecha a pasar por lo menos un cuarto de hora contigo mismo, acostado en la cama o sentado en una silla. Tu mente se clarificará por si sola y aparecerá como por arte de magia la solución que buscabas.
Hay que cambiar tus pequeños hábitos, una manera efectiva. Si acostumbras a ir por el mismo camino, o comer en los mismos sitios, o a seguir el mismo horario, la fuerza de la costumbre te obligará a pensar en lo mismo y te rondarán las mismas preocupaciones. Un cambio de entorno es perfecto para desconectar.
Lee y recibe información nueva para hace tener alternativas para el cambio.
Planifica: Una buena planificación es un buen medicamento para los problemas. Planificar te dejará más calmado y seguro de ti mismo. Analizarás tu situación y tu trabajo mejor que nadie y diseñarás la decisión adecuada.
Compárate con lo que hay a tu alrededor y verás que no estas tan mal. A menudo esa es la mejor terapia.
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