CLAVES PARA DELEGAR EFICAZMENTE
1. Formación
Si nunca permites que tus empleados gestionen tareas interesantes, se
aburrirán y estarán resentidos. Si los vigilas demasiado no
tendrán iniciativa propia. Empieza asignando tareas fáciles para
entrenarles, luego mejorarán independientemente de su inteligencia.
Todo se acaba aprendiendo. Compensará mucho los días invertidos en
la formación. Que vean que confías en ellos. Si ves a alguien como
un incompetente, recibirás incompetencia. La gente es capaz de lo que
se cree capaz. Ponte en el lugar de tu empleado.
Forma a tu equipo para asumir responsabilidades. Esto te llevará un
tiempo, pero lo ganarás con creces cuando realicen tareas que únicamente
tendrás que supervisar.
Empieza informando al más bajo nivel, que sepan
para que trabajan y por otro lado diles exactamente que esperas de
ellos. Que sepan que quieres soluciones, no problemas.
Pregúntate siempre:
¿Qué puedo hacer yo que no pueda ser hecho por otros?
Cuando delegues, explica lo que esperas las veces
necesarias. Pero ten en cuenta una cosa: Nunca asumas que te
han entendido hasta que sean capaces de describir lo que pides con sus
propias palabras.
Si es preciso, pon por escrito lo que se
quiere conseguir por parte de cada uno. Luego que te
repitan lo que han entendido. Y pide que
pregunten. Las preguntas tontas no existen. Lo único
que existe son los fallos graves por no haberse atrevido a preguntar en su momento.
2. Control periódico
Las normas bien claras: ¿Cuando finalizan los
plazos? Son el cuello de botella a la hora de delegar. No, se pospone
durante meses. La fecha límite, es el esqueleto de
todo proyecto, la única manera de ensamblar las diferentes partes. Y serán
revisadas continuamente, siempre aparecerán interferencias en forma de
urgencias.
Pueden cometer errores pero no por ello los
solucionarás tú, si no, lo tomarán como una manera de escaparse del
trabajo. Entrarán en el círculo vicioso de hacerlo mal para librarse una y
otra vez. Para imprimir ritmo, negociarás esas fechas, dando sensación de
urgencia.
Dales campo para que utilicen su imaginación y
creatividad, pero hazles saber desde el principio que
harás un seguimiento y luego hazlo.
Y si algo falla, se concreto, no busques que salió
mal sino cual de los pasos no se siguió con precisión. En cambio, si las
cosas van bien, nunca esta de más una alabanza. Estas aumentarán el entusiasmo del equipo. La moral de la tropa bien alta. El jefe que
alabe de manera inesperada a un empleado delante de los demás,
mejorará su productividad hasta límites insospechados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario